Dialogamos con la Reina de Chacras 2013, Natacha Pierina Pizzolón Battistone. La joven de 24 años está a punto de recibirse de ingeniera agrónoma y sueña con llegar a ser la embajadora mendocina a nivel nacional.

Por Adriana S ayavedra

Su Majestad con sus súbditos Ezequiel, Josefina del Valle, Luz, Marina y Rocío.

La alegría que encierra la fiesta de la vendimia no se la tuvieron que explicar a Natacha Pierina Pizzolón Battistone, flamante reina de nuestro distrito. La vive desde adentro en cada año, ya que desde chica la comparte con su familia en la finca de su abuelo, en cada cosecha lograda. Además, como casi ingeniera agrónoma  que es –le quedan cinco materias por rendir – conoce bien de podas, mugrones y demás tareas vitivinícolas.

Por eso, para esta hija de Chacras, nieta de inmigrantes, la vendimia es una fiesta de toda la vida.

Su abuelo llegó desde Italia con 24 años, dos hijos y muchos sueños en el corazón. Aquí se instaló y se dedicó a cultivar vides en Ugarteche. Tarea que heredaron sus descendientes y que a Natacha la inspiró para elegir la carrera de agronomía para su futuro profesional. Y ahora para presentarse como candidata a Reina de la Vendimia de Chacras, con la firme ilusión de llegar a la corona de Luján y tal vez, por que no, a la nacional.

-¿Cómo se te ocurrió presentarte?, le preguntamos.

-Porque amo mi tierra, y llevo la vendimia en la sangre. Siempre quise presentarme, estuve a punto de hacerlo hace tres años, pero siguiendo el concejo de mi mamá, esperé hasta ahora. Ella me decía que me diera tiempo para estar más afianzada en mi carrera, más segura en mi persona. No es lo mismo ser candidata a los 20 que a los 24. Y tuvo razón.

-¿Qué planes tenés para tu reinado?

-Quiero ser una herramienta de concientización. Me interesa mucho el tema del medio ambiente, especialmente del agua. Tenemos que entender que Mendoza no vive si no tiene agua.

Y también quiero ayudar en lo que me pidan, con los proyectos que lleguen a mí. Ya sea en planes para prevenir la violencia familiar, para agricultura familiar, para preservar el arbolado público, que es un tema que me interesa y me preocupa mucho o para ayudar a quien necesite.

-¿Y si llegás a la corona departamental o a la nacional?

- No quiero ser una figurita decorativa. Hacia adentro quiero trabajar por la preservación del agua y el medio ambiente. Hacia fuera de la provincia, trabajaría para promocionar el vino y el turismo de mi departamento. He tenido la posibilidad de vivir seis meses en Valdivia, en el sur de Chile, por un intercambio estudiantil organizado por la facultad para aprender sobre agronomías regionales. También pude viajar a Europa, a Italia, Francia y España, y, a pesar de que todo aquello es muy bello y sirve para abrir la mente, sinceramente, yo no podría vivir en un lugar que no fuera éste. Eso de levantarse y no ver la montaña…no podría. Me gusta este lugar, su gente, el ambiente, su clima, el sol mendocino!! Lo comprobé en el lluvioso sur chileno; en París, muy lindo pero sin sol. Esto quiero promocionar hacia afuera de la provincia.

-¿Sabés de vinos?

-Sí, en la facultad tenemos varias enologías y talleres de degustación. Ahora en marzo, me inscribí para el curso propiamente dicho que dicta la facultad. Me defiendo bien en el tema, pero “quiero tenerla muy claro”.

-¿Qué vino te gusta?

-Todos-, confiesa y se ríe. “Pero siempre tintos. El que más me ha gustado hasta ahora es un barbera que probé en Italia, en un viaje que hicimos con mi abuela. De los mendocinos me gusta mucho el merlot y, por supuesto, el malbec.

Y así, mientras espera la elección departamental que se llevará a cabo el viernes 1 de febrero en el predio, Natacha sigue dedicándose a su tarea cotidiana de llevar adelante el trabajo técnico en la finca familiar, en Ugarteche, allí donde piensa implementar su proyecto final –último paso para dar por finalizada su carrera luego de rendir las materias que le faltan-, dedicado a la cría de ganado caprino. Otro de los temas que la apasionan. “Qué orgulloso estaría tu abuelo si te viera trabajando en la finca”, le dice siempre su abuela y se lo repitió llorando emocionada la noche que la coronaron reina.

Ya en la despedida, Natacha manda un recuerdo especial para sus amigos de la infancia, de la época del Colegio San Nicolás: los Prat Gay, la Marina Prabaldi, la Toni Ubriaco y Camila Carranza, “la Cami, una de mis mejores amigas” y hermana de otra candidata a Reina de Chacras, Felicitas. “El reinado igual quedaba en familia, ganara Feli o yo”, cuenta risueña mientras recordaba el simpático enfrentamiento de las barras de cada candidata durante la elección en nuestra plaza el diciembre pasado.

Desde aquí le mandamos toda la suerte del mundo. ¡Chacras tiene una Reina de lujo, señores!!

Perfil

24 años  – 1,67 de altura- Bellísimos ojos verdes

Estudió en el Colegio San Nicolás, de Chacras –“soy alumna fundadora, desde que empezó con el “Bichito de luz”-; en el San Pablo y en la Facultad de Ciencias Agrarias, ambos de Luján.

Habla inglés e italiano.

Escucha rock nacional –“desde los viejos, como Sui Generis hasta Andrés Calamaro”- y folcklore –“Los Nocheros, los Chalchaleros, la Sole”-. También baila folcklore y algo de tango –“no terminé de aprender bien porque me quedé sin compañero”-.

No tiene novio –“ni nadie cerca” aclara-, motivo por el cual no terminó con el tango.

Participa en campañas solidarias en zonas carenciadas con un grupo de compañeros de la facultad, llevando ropas, juguetes y comida que recolectan para tal fin.

Vive con su madre María Eugenia Batisttone y su hermana Florencia, dos perras y una gata -“casa de chicas”, dice-, en el barrio Valle de Chacras.