Fabricación artesanal y trabajo cooperativo; bienvenidos al mundo de quienes desarrollan esta especialidad.

La fabricación del vidrio se remonta a la Edad del Hierro. Las ciudades fenicias de Sidón y Tiro fueron  célebres por esta especialidad. El arte de fabricar el vidrio pasó de Fenicia y Egipto a Roma y después a Bizancio, para centralizarse en Venecia durante toda la Edad Media, donde adquirió enorme importancia.

En Bohemia, la industria del vidrio se desarrolló también en la Edad Media.

Pero el verdadero impulso a su fabricación no comienza hasta el siglo XIX, que es cuando verdaderamente se le da carácter industrial. Actualmente y debido al progreso de la química, se hace vidrio con fórmulas muy distintas, según el fin a que el producto se destina. Han contribuido considerablemente al progreso de la industria del vidrio, las mejoras técnicas conseguidas con hornos eléctricos y nuevos materiales.

No obstante, todavía en muchos países se siguen fabricando productos de vidrio a la vieja usanza, con los antiguos métodos que se utilizaban en Murano, por ejemplo: extrayendo el vidrio de los hornos en estado casi líquido con la punta de una vara de metal hueca: desde la otra punta artesanos expertos soplaban hasta darle la forma que ellos deseaban.

Así se elaboraban los mundialmente famosos cristales de Bohemia, de Bacarat, de Murano.

En nuestro país, desde hace más de medio siglo, un grupo de artesanos del vidrio mantienen esa forma tan antigua de elaborar el vidrio. Obreros que trabajaban en la fábrica de vidrios Rigolleaux se quedaron sin trabajo cuando esa conocida empresa decidió automatizar su producción. Para no abandonar el oficio que habían aprendido de chicos, decidieron formar una cooperativa de trabajo. Así nació la cooperativa obrera del vidrio “El Progreso” LTDA, situada en Ezpelata, Pcia. de Buenos Aires.

Desde entonces siguen soplando el vidrio y enseñando el antiquísimo oficio a decenas de jóvenes de  la zona de Ezpeleta, donde está situada la fábrica artesanal de productos de vidrio para gastronomía y regalos. Hoy, 180 expertos en el soplado del vidrio  continúan, desde un barrio del Gran Buenos Aires, con las formas centenarias de elaboración del vidrio. Y a partir de la sabia mezcla de cuarzo, soda solway, carbonato de cal y otros materiales, fundida a cientos de grados, esos hombres que no se resignaron a abandonar el oficio aprendido desde temprana edad, fabrican delicadas copas, vasos y otras piezas de vidrio.

Extrayendo de los hornos el vidrio, casi en estado líquido, que luego expertos artesanos soplaran a través de la misma varilla hueca con que lo sacan del crisol. Esa bola incandescente será transformada en delicadas copas y otros objetos de gran belleza.

Soplando con maestría, este experto vidriero -así se denominan entre ellos- va dando forma al vidrio que será convertido en una hermosa ensaladera.

Luego de darle al vidrio caliente cierta forma, el globo es introducido en un molde. Mediante suaves soplidos, el artesano dará la forma final.

Antes de que el vidrio comience a enfriarse, el producto final es separado de la varilla hueca.

Observando que la pieza no tenga imperfecciones. Luego será cortada la parte superior y lo que fuera una masa de vidrio en estado casi incandescente, se convertirá algo bello y útil.

Dando forma a lo que será una copa: luego del soplido, el pie de la copa se moldea a mano con herramientas casi rudimentarias, tal como se ha hecho durante siglos.

Copas recién terminadas. Solo falta cortarles la parte superior y pulirles los bordes.

En viejos tornos, obreros vidrieros de la Cooperativa Obrera “El Progreso”, en Bernal, pulen tapas de bols y otros productos hechos en forma artesanal. Antiquísimo método de pulido que todavía se utiliza en la Cooperativa “ El progreso”, en Bernal.

Cortando con llamas que salen de un mechero circular la parte superior de una ensaladera hecha con el método del vidrio soplado.

Hermosa pieza de vidrio lograda con el casi milenario método del soplado.