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La Escuela Teresa O’Connor tiene nueva biblioteca

La alegría en 3 x 2

Fruto del esfuerzo y tesón de dos administrativas, quienes piden la colaboración de la comunidad para equiparlo, un espacio diferente y disparador de nuevas vivencias ha florecido entre los despojos de un ex mini depósito. Imperiosa necesidad de que se destrabe en la Dirección General de Escuelas el trámite de autorización para construir el salón de usos múltiples proyectado e iniciado desde hace dos años.

Por Adriana Sayavedra

Socia Nº 101- La Reina de Chacras, Georgina I, visitó y llevó su aporte para la nueva biblioteca.

La Magnolia nació de la mano de las señoritas Mónica Lahoz y Sonia Nieto. Ellas fueron las que decidieron que era hora de que la Escuela tuviera un espacio para fomentar la lectura y la investigación, así también como aprender nuevas actividades creativas y artísticas.

Es por esto que, luego de realizar un curso de bibliotecarias organizado por el SUTE, se dispusieron a buscar un lugar en la escuela que pudiera adecuarse para poner a funcionar la tan ansiada biblioteca escolar. Difícil tarea ya que en este antiguo establecimiento de nuestro pueblo no existen espacios disponibles para actividades complementarias, sólo las imprescindibles para aulas y sala de informática.

No hubo más opción que elegir un pequeño cuartito utilizado como depósito, lleno de bártulos en desuso, contiguo a dicha sala de computadoras. Una vez tomada la decisión y apelando a toda su voluntad y buena predisposición, ya que las condiciones del lugar no eran las mejores, Mónica y Sonia pusieron manos a la obra y comenzaron con la limpieza y refaccionado del espacio que, varios días después, se convertiría en la nueva Biblioteca La Magnolia.

En recuerdo

¡Es lo que hay! La Magnolia funciona todos los días en un espacio mínimo que solía ser el depósito de la escuela.

El nombre surge como homenaje a la vieja magnolia que señoreaba en el patio de la escuela y que sus ex alumnos más añosos recuerdan con cariño. “Esta escuela era conocida como “la escuela de la magnolia”, cuenta Mónica Lahoz, la flamante bibliotecaria de la mañana, “ y así llamamos a nuestra nueva biblioteca porque queremos rescatar las raíces de este establecimiento que ha sido fundamental en la formación de nuestra comunidad”. En este sentido, cabe destacar que descendientes de Teresa O’Connor, primera directora y patrona del establecimiento, se comprometieron a donar otro ejemplar de ese bello forestal.

“Hemos hecho un trabajo de hormiga”, sigue relatando Mónica, “desde desocupar, limpiar y pintar  paredes y armarios, pasando por la recolección de los materiales didácticos que se encontraban en las aulas hasta decorar y embellecer el espacio, adecuándolo a la lógica de los niños”. Pero confiesa que todo este trabajo se encuentra por demás recompensado en la respuesta de los niños. Y es que el fervor que el nuevo espacio ha despertado en los alumnos ha sido una muy grata sorpresa no sólo para las bibliotecarias, sino también para las docentes, quienes cuentan que los chicos se apuran a terminar sus tareas para correr a “la Magnolia” a buscar algún libro nuevo –para ellos-

En este sentido, Mónica explica lo reconfortante que es, en plena era del predominio de la imagen, observar las diferentes actitudes de lo chicos ante un libro, ya que no todos tienen la misma experiencia. “Cuando un niño es lector se nota enseguida, porque llega acá sabiendo qué pedir. En cambio, existen muchos niños que nunca tomaron un libro en sus manos y para ellos constituye una experiencia nueva y muy enriquecedora”.

Y es entonces cuando estas emprendedoras crean el ambiente para que estos chicos hijos de la imagen -la gran configuradora de su percepción-, vivan una experiencia distinta, más ligada a la emoción y la libertad. “Queremos brindarles la oportunidad de descubrir el mundo de la lectura, en el que puedan volar, emocionarse y sentir libremente. Entonces les armamos un espacio diferente: tiramos una alfombra y almohadones en el suelo de la sala de informática –ya que el espacio de la biblioteca es ínfimo- y así se pueden tirar o sentarse cómodamente, relajados, a disfrutar de un nuevo mundo que los termina atrapando: el de los libros”.

Hacia la Biblioteca Popular

Ya son 68 los socios inscriptos, pero quieren y necesitan muchos más.

El objetivo de máxima es llegar a convertirse en biblioteca popular, algo que esperan conseguir con el apoyo de la comunidad. La idea es que los vecinos concurran a asociarse en tropel y así colaborar, a través de su cuota, con el crecimiento de esta tan grata iniciativa.

Bueno es recordar que la querida y tradicional Biblioteca Popular Chacras de Coria se inició como biblioteca de la Escuela Teresa O’Connor ya que sus iniciadores –entre los que se encontraba nuestro director, Alberto Cabanillas- eran ex docentes de la misma.

Demás está decir que este noble objetivo que hoy se han impuesto Mónica Lahoz y Sonia Nieto, constituye una causa más –y fundamental- de la necesidad de lograr que este establecimiento escolar cuente finalmente con un espacio adecuado para estas actividades complementarias de la formación y recreación de los alumnos y docentes. Para esto es imprescindible que se destrabe el trámite en la Dirección General de Escuelas que permita lograr la construcción del anhelado salón de espacios múltiples –SUM-, que ya lleva parado más de un año en dicha repartición provincial.

Qué se puede donar:

Libros de recreación y manualidades -para niños y adultos-.

Juegos de mesa, ludos, damas, etc.

Ropa para el ropero escolar.

Agradecimientos:

Al vecino Cacho Piccioni, a la nueva vicedirectora Nora Rodríguez, al profe Walter, las celadoras y a todos los niños que donaron sus libros. Muchos de éstos son los obtenidos luego de ganar la maratón de lectura el año pasado.

Cómo asociarse:

Se necesita fotocopia del DNI primera y segunda hoja y $2 por mes.

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