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Dakar 2012: Lucio Álvarez, el nuevo héroe

El argentino mejor clasificado de la historia


Por José Félix Suárez

Especial para Correveidile

De 465 participantes en autos, motos, cuatriciclos y camiones solo 246 terminaron la carrera

Entre el árido e interminable desierto, las extensas llanuras, el fuerte viento y la arena, las nubes de polvo y tierra, los pozos, yuyos y malezas, las ondulantes y traicioneras dunas, los ríos secos y los peligrosos precipicios, por huellas a veces inexistentes, con jornadas tórricas de sofocante calor por las altas temperaturas o el intenso frío de las heladas cumbres al cruzar la cordillera de Los Andes del llamado Dakar 2012 de las Tres Naciones, que desde el 1ro. al 15 de enero unió la Argentina, Chile y Perú, un nombre quedó grabado para siempre durante la disputa del rally más duro y emocionante del mundo. El nombre de Lucio Alvarez, el empresario mendocino de San Rafael de 34 años de edad, casado y padre de cuatro hijos, en su tercera participación -en 2010 abandonó en cuatriciclos y el año pasado resultó 15° en la máxima categoría-con su sexto puesto en la general de autos se convirtió en el piloto argentino mejor clasificado en el historial de la titánica prueba.

Mejorando la marca de su comprovinciano Orlando Terranova -quien esta vez debió desertar por una seria polémica personal con su copiloto Andy Grider-, que en la edición de 2010 había ocupado el 9no. lugar. Incluso superó, junto a su eficiente acompañante, el navegante  Ronnie Graue, a conocidos y populares volantes del TC y del TC 2000, los llamados miembros de la “Legión Argentina”. Entre ellos Emiliano Spataro, que también logró finalizar, y Norberto Fontana, Juan Manuel Silva, José Luis y Marcos Di Palma que debieron abandonar. Entre la nómina de quienes también completaron el recorrido de  8.367 kilómetros, que por primera vez unió el Atlántico con el Pacífico, se encuentran los mendocinos Alejandro Yacopini-Marco Sconiparo (Toyota Yacopini, 52° en la general) y Ricardo Martínez-Sebastián Halpern (Toyota Yacopini, 55° en la general).

Piloto amateur

Un éxito mucho más significativo porque Lucio Alvarez es un deportista amateur, como él mismo reconoció, que largó con la única ilusión de completar el exigente itinerario y que no solo hizo realidad aquel sueño de los primeros días del mes pasado sino que se erigió también en el nuevo héroe argentino del Dakar. Fue un reloj al comando de su Toyota Hilux que se sobrepuso a numerosos contratiempos, como el accidente de la 10ma. etapa entre Iquique y Arica en territorio chileno, cuando su máquina tras dar cinco tumbos a la salida de una curva cayó a un barranco desde 10 metros de altura. Afortunadamente sin daños físicos personales o mecánicos, solo con problemas de chapería que pudieron ser corregidos en tiempo y forma.

Cabe destacar que esto fue posible por el gesto deportivo de su amigo Orly Terranova quien cedió autopartes de su máquina para la necesaria reparación. Al fin de esa decisiva jornada el sanrafaelino declaró a los 260 periodistas acreditados de distintos medios del mundo: “Está todo bien. Vamos a  reparar el auto y vamos a continuar. Fue una desgracia con mucha suerte porque el vehículo cayó parado y no se rompió el motor. No podemos fallar ahora, que estamos tan cerca de Lima. Debemos seguir y tenemos que llegar. La competencia nos exige un último esfuerzo y lo vamos a hacer”.

“Cumplimos…”

Alvarez-Graue, quienes quedaron a 4h 5’ 52” de los franceses Stephane Peterhansel- J. Cottret se abrazaron y lloraron como niños cuando cruzaron la línea de sentencia de la mítica Plaza de Armas limeña. “Llegamos, cumplimos…”, repitieron aun con muestras del cansancio en sus rostros pero con una expresión de infinita felicidad. Habían logrado la hazaña que se habían propuesto: clasificar.

A su regreso a Mendoza, junto a su esposa Angélica y su pequeña hija Juliana, quienes lo acompañaron durante toda la travesía, Lucio Alvarez se sinceró ante los periodistas que lo recibieron en el aeropuerto Francisco Gabrielli en El Plumerillo, entre ellos el redactor de Correveidile: “Derribé todas las barreras, este Dakar ha sido impresionante para mi. No lo puedo creer, me dicen que hice historia y yo todavía no me despierto de ese sueño. Soy amateur, no soy profesional Todo empezó como un desafío, con la única ilusión de cumplir, de poder completar los 14 tramos. Tengo que reconocer que fue un rally demasiado duro, realmente difícil. Los 29 kilómetros de la última etapa se me hicieron muy largos. Yo solo quería llegar, nada más. Uno siente cada detalle del vehículo como fatal. No quiere que se rompa nada, no perderse, no caer en una trampa de la hoja de ruta. Tuve muchos nervios sobre el final de la prueba y la última noche no sabía que hacer. Miraba la tele, twitteaba, espiaba la hora. Quería levantarme y salir a la ruta, largar cuanto antes. Ahora solo quiero disfrutar y tomar conciencia de lo que he logrado. Sigo sin caer en que soy el mejor argentino en la historia del Dakar”.

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