Archivo | enero, 2012

Dakar 2012: Lucio Álvarez, el nuevo héroe -->

Dakar 2012: Lucio Álvarez, el nuevo héroe

El argentino mejor clasificado de la historia


Por José Félix Suárez

Especial para Correveidile

De 465 participantes en autos, motos, cuatriciclos y camiones solo 246 terminaron la carrera

Entre el árido e interminable desierto, las extensas llanuras, el fuerte viento y la arena, las nubes de polvo y tierra, los pozos, yuyos y malezas, las ondulantes y traicioneras dunas, los ríos secos y los peligrosos precipicios, por huellas a veces inexistentes, con jornadas tórricas de sofocante calor por las altas temperaturas o el intenso frío de las heladas cumbres al cruzar la cordillera de Los Andes del llamado Dakar 2012 de las Tres Naciones, que desde el 1ro. al 15 de enero unió la Argentina, Chile y Perú, un nombre quedó grabado para siempre durante la disputa del rally más duro y emocionante del mundo. El nombre de Lucio Alvarez, el empresario mendocino de San Rafael de 34 años de edad, casado y padre de cuatro hijos, en su tercera participación -en 2010 abandonó en cuatriciclos y el año pasado resultó 15° en la máxima categoría-con su sexto puesto en la general de autos se convirtió en el piloto argentino mejor clasificado en el historial de la titánica prueba.

Mejorando la marca de su comprovinciano Orlando Terranova -quien esta vez debió desertar por una seria polémica personal con su copiloto Andy Grider-, que en la edición de 2010 había ocupado el 9no. lugar. Incluso superó, junto a su eficiente acompañante, el navegante  Ronnie Graue, a conocidos y populares volantes del TC y del TC 2000, los llamados miembros de la “Legión Argentina”. Entre ellos Emiliano Spataro, que también logró finalizar, y Norberto Fontana, Juan Manuel Silva, José Luis y Marcos Di Palma que debieron abandonar. Entre la nómina de quienes también completaron el recorrido de  8.367 kilómetros, que por primera vez unió el Atlántico con el Pacífico, se encuentran los mendocinos Alejandro Yacopini-Marco Sconiparo (Toyota Yacopini, 52° en la general) y Ricardo Martínez-Sebastián Halpern (Toyota Yacopini, 55° en la general).

Piloto amateur

Un éxito mucho más significativo porque Lucio Alvarez es un deportista amateur, como él mismo reconoció, que largó con la única ilusión de completar el exigente itinerario y que no solo hizo realidad aquel sueño de los primeros días del mes pasado sino que se erigió también en el nuevo héroe argentino del Dakar. Fue un reloj al comando de su Toyota Hilux que se sobrepuso a numerosos contratiempos, como el accidente de la 10ma. etapa entre Iquique y Arica en territorio chileno, cuando su máquina tras dar cinco tumbos a la salida de una curva cayó a un barranco desde 10 metros de altura. Afortunadamente sin daños físicos personales o mecánicos, solo con problemas de chapería que pudieron ser corregidos en tiempo y forma.

Cabe destacar que esto fue posible por el gesto deportivo de su amigo Orly Terranova quien cedió autopartes de su máquina para la necesaria reparación. Al fin de esa decisiva jornada el sanrafaelino declaró a los 260 periodistas acreditados de distintos medios del mundo: “Está todo bien. Vamos a  reparar el auto y vamos a continuar. Fue una desgracia con mucha suerte porque el vehículo cayó parado y no se rompió el motor. No podemos fallar ahora, que estamos tan cerca de Lima. Debemos seguir y tenemos que llegar. La competencia nos exige un último esfuerzo y lo vamos a hacer”.

“Cumplimos…”

Alvarez-Graue, quienes quedaron a 4h 5’ 52” de los franceses Stephane Peterhansel- J. Cottret se abrazaron y lloraron como niños cuando cruzaron la línea de sentencia de la mítica Plaza de Armas limeña. “Llegamos, cumplimos…”, repitieron aun con muestras del cansancio en sus rostros pero con una expresión de infinita felicidad. Habían logrado la hazaña que se habían propuesto: clasificar.

A su regreso a Mendoza, junto a su esposa Angélica y su pequeña hija Juliana, quienes lo acompañaron durante toda la travesía, Lucio Alvarez se sinceró ante los periodistas que lo recibieron en el aeropuerto Francisco Gabrielli en El Plumerillo, entre ellos el redactor de Correveidile: “Derribé todas las barreras, este Dakar ha sido impresionante para mi. No lo puedo creer, me dicen que hice historia y yo todavía no me despierto de ese sueño. Soy amateur, no soy profesional Todo empezó como un desafío, con la única ilusión de cumplir, de poder completar los 14 tramos. Tengo que reconocer que fue un rally demasiado duro, realmente difícil. Los 29 kilómetros de la última etapa se me hicieron muy largos. Yo solo quería llegar, nada más. Uno siente cada detalle del vehículo como fatal. No quiere que se rompa nada, no perderse, no caer en una trampa de la hoja de ruta. Tuve muchos nervios sobre el final de la prueba y la última noche no sabía que hacer. Miraba la tele, twitteaba, espiaba la hora. Quería levantarme y salir a la ruta, largar cuanto antes. Ahora solo quiero disfrutar y tomar conciencia de lo que he logrado. Sigo sin caer en que soy el mejor argentino en la historia del Dakar”.

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“De luces y sombras”, el libro de Concatti-Barraco -->

“De luces y sombras”, el libro de Concatti-Barraco

Recorrer la historia e iluminarla

El pasado mes de diciembre fue presentado en la Nave Cultural -Municipalidad de la Capital-, el libro compuesto por textos del ex sacerdote, escritor y activista social, el lujanino Rolando Concatti y el arte de Daniel Barraco quien, además de prestigioso fotógrafo y dibujante, es el fundador de El amante Universal, la editorial que publicó el libro. Ya se consigue en librerías, en lo de Pilar García Santos seguro.

Por María Eva Guevara

Uno es escritor, con un trayecto a cuestas que puede resumirse así: “Tras la universidad se hizo cura. Fue secretario local del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Creador y director de la Revista Alternativa Latinoamericana. Activista social y de los Derechos Humanos. Ha publicado siete libros entre ellos tres novelas y uno de cuentos. Autor de más de 60 ensayos publicados sobre temas de cultura y política”.  Hablamos, claro, de Rolando Concatti.

El otro es Daniel Barraco, cuyo compendio de vida no puede desmarcarse de la esfera del arte. Nació en Mendoza en 1956. En su adolescencia estudió algunos años de Bellas Artes, luego y durante 25 años, se dedicó a la fotografía. Entre 1985 y 1995 vivió en París. Actualmente ha retomado una primera pasión: el dibujo. Y la prueba es el despliegue de ilustraciones, intervenciones fotográficas propias y ajenas volcadas en la edición que nos ocupa, un libro para nada habitual en la escena cultural mendocina por lo notable de su forma y fondo.

Para los más exquisitos existe una edición especial, encuadernada a mano, que se entrega en una caja/portafolio con una xilografía de uno de los dibujos del libro.  Para el común de los lectores, la entrega llega con detalles de privilegio a la hora de “iluminar” los escritos publicados. Algunos ya han sido publicados en diarios y revistas de circulación masiva, al menos en Mendoza. Es el caso de Retrato de un hombre solidario (Mauricio López), y la Carta abierta a Jorge Contreras, ambas en tono de homenaje.

El devenir de la lectura nos confronta con la historia, personajes y acontecimientos silenciados, pero sobre todo con afirmaciones que luchan contra la resignación y el reduccionismo simplificador. El libro abarca varios temas que son preocupación por nuestro tiempo reciente y actual -hay ensayos sobre la experiencia de Mayo de 1968 –“París no era una fiesta”- y el vaciamiento y la resistencia cultural, y lo inexpresable de la última dictadura militar-.

La mayoría de los textos se ocupan de escritores, los consagrados pero también los equívocamente interpretados y en el umbral del olvido: Arlt, Walsh, Cortázar, Gelman, Di Benedetto, Octavio Paz, Sábato, Urondo, Vargas Llosa. En cuanto al testimonio cristiano, los contra-testimonios y las aberraciones, todo un segmento complejo y continuamente visitado por el autor, obra el ensayo “Preguntas son von Wernich” y “La manipulación de Cristo” , en obvia alusión al Código da Vinci.

El volumen consta de 26 ensayos que han sido elegidos sobre 50. Se destaca especialmente “El Misterio de los Bandoleros” un ensayo sobre la cultura popular y sus luchas que retoma un texto imprescindible del historiador Hugo Chumbita centrado en la figura de Juan Bautista Vairoletto, “el último bandido romántico” cuyo mito aún se pasea por las pampas y algunos pueblos de las tierras del sur mendocino.

En cuanto a la estética, es una guía poética omnipresente desde la tapa.  Daniel Barraco hace un despliegue de varios recursos. Hay collages a partir de fotos e intervenciones que vienen a darle una vuelta de tuerca a sus propias imágenes fotográficas, como aquella tan famosa del mono blanco tomada en el Zoo de Vincennes, en París o la del retrato tomado a Jorge Contreras algunos meses antes de su muerte. Hay mucho dibujo abordado desde la fotografía pero también complementándola, en un juego de inspiración constante que en varios momentos necesita ser explicitado verbalmente, según la necesidad o el propósito de enriquecer la mirada del lector.

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Gente de vacaciones allende los mares -->

Gente de vacaciones allende los mares

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Social Club -->

Social Club

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Gente que sale -->

Gente que sale

Los ’70. Rodolfo Puebla, Eddy Avila, Tito Tello, Marcelo Vieyra y Chalo Garay alegan en la mesa del Barloa. “Llevamos más de 40 años discutiendo quien tiene razón.....!” asegura Eddy, y deja la incógnita abierta.

Tres generaciones de Aranda. Pablo y su hijo Santi; Carlos padre, Daniel hijo y padre; Carlos (h) y su hijo Facundo; Sergio y su hijo Manuel. Custodiados por don Aureliano.

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En homenaje a la directora Panochia -->

En homenaje a la directora Panochia

La maestra Norma Chacón y la directora Ercilia Panochia de Elías.

Dardo Alberto Cicchinelli, vecino de Luján, nos acercó estas fotos para que las publicáramos en recuerdo de sus compañeros y docentes del Grado Superior –hoy 2º- “B” del turno tarde, del año 1958, de la Escuela Teresa O’Connor. Y dedica un párrafo especial para la Sra. Ercilla Panochia de Elías, su “querida directora, excelente persona y ejemplo de vida”.

Los compañeros son –siguiendo el orden numérico-: Juan Fianza, Cepeda, Carlos Dottori Piccioni, Savournin, Carlos Geroli, Dardo Cicchinelli, Pelusa de la Torre, teresa Tocino, Cachi Di Césare, Frites, Teresa Deidamia Leiva, Elba Charparín, María del Carmen Pesci, maría Luisa Terraza, Úbeda, Silvia Ciani, Ermi Pizarro, Chiquita geroli, Usubiaga, Marta Núñez, Eduardo Quiroga, Marineli, Luchetti, Ernesto Rodríguez, Jeria, Antonio Salcedo, Eduardo Montanaro.

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Lectura al aire libre en la biblioteca de Luján -->

Lectura al aire libre en la biblioteca de Luján

Durante la temporada de verano en la Biblioteca Alberdi de Luján de Cuyo se está llevando a cabo la campaña “Libros al Sol”. Se ofrecen cuentos, revistas, poesía y distintos tipos de lecturas para distenderse

Todas las mañanas se prepara un mesón en la Plaza de los Escritores – lugar donde se encuentra la sede de la Alberdi – con revistas, diarios, libros de poesías y cuentos cortos.  La actividad está orientada a todas las edades ya que también se pueden encontrar obras infantiles y una beboteca con juegos lúdicos y libros didácticos para los más pequeños.

El rincón literario también cuenta con Wi – Fi y está ambientado con música suave y sonidos de la naturaleza.

“A través de esta iniciativa buscamos brindar un espacio de distención para los usuarios, ofreciéndoles la posibilidad de leer al aire libre en nuestra bella plaza, que cuenta con gran variedad de árboles que invitan al relax necesario para poder leer y desconectarse por un rato de la rutina diaria”, comentó Rosa Ruiz Huidobro, directora de la biblioteca lujanina.

En la Biblioteca Alberdi los lectores podrán encontrar, además de libros, servicios tales como Wi-Fi en sala gratis para las computadoras personales, internet por un peso la hora en las PC que la biblioteca posee en su mini caber; la beboteca, un espacio equipado para que los más pequeños se diviertan y aprendan, mientras sus padres utilizan los otros servicios que se prestan en el lugar.

Desde la institución recordaron que el horario de atención para el verano es de lunes a viernes de 7.30 a 14. La dirección es República del Líbano y Evans en Luján de Cuyo.

Para mayor información puede contactarse al teléfono 4985388, ingresar a Facebook – Biblioteca Alberdi o al blog oficial: wwwbibliotecapopularmunicipalalberdi.blogspot.com

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Graciela Maturo o la poesía en libertad -->

Graciela Maturo o la poesía en libertad

Por Nicolás Sosa Baccarelli

Correveidile y su entrevistada, refresco de por medio -no eran momentos de café-

 

La tarde decía mucho de lo que es enero. Un calor asfixiante. El encuentro estaba previsto a las diecinueve. Ha venido a Mendoza a compartir las fiestas de fin de año con su familia: hijos, nietos y bisnietos. Está, en teoría, descansando; y yo quiero interferir ese merecido reposo. Pero me atrevo, algo me alienta: vengo a conversar sobre su pasión; y la pasión… no descansa.   Camina por un pasillo hacia afuera, festejada por un mundo de libros y de plantas. Antes de llegar pensaba tomar su mano y llamarla “doctora”; pero algo en su mirada me invitó a saludarla con un abrazo y a llamarla “Graciela”. Sonrió y me ofreció allí una amistad limpia y clara… una charla de viejos amigos – recién conocidos. Su humildad lo hace posible.

Le propongo algunos temas referidos a literatura y poder. Consulto su opinión sobre la literatura como instrumento de impacto político en los tiempos actuales. Me invierte, inmediatamente, la ecuación. “La literatura cambia el mundo más allá de su propósito, porque cambia al hombre”, dice con tranquilidad. Piensa en un creador libre, sin condicionamientos, convencida de que cuanto más libre es la creación, mayor es su capacidad de modificar a su artífice y por lo tanto, al mundo. Así ha invertido mi planteo.

Propugna un arte libre, sin ataduras ni rumbos predestinados. Una poesía franca y pura, respetuosa de sus compromisos libremente asumidos… o de ninguno más allá del propio – y enorme- desafío de la belleza. “El encuentro con la belleza del mundo y la búsqueda de producir belleza a través de la forma” para usar sus palabras.  “El “arte al servicio de”  siempre ha sido un arte menor”, explica. Critica la estética marxista de compromisos explícitos y verifica que efectivamente “no funcionó”.  “No creo en ningún deber ser de la poesía”, remata con seriedad, Graciela.

El poeta Alfonso Solá González y Graciela Maturano en su casa del Cerro San Luis, de calle Benito San Martín. Hoy vive allí su hija Pepa.

 

“La poesía está ligada a un logos racional, pero el trabajo del poeta no es tan sólo racional”, aclara. Habla de la “razón poética” y de una prosa válida siempre y cuando tenga una raíz poética. La crítica misma no puede subsistir, sin poesía. Me animo a preguntarle qué sería del ser humano sin la ficción, adivinando su respuesta. Pero ella excede mis pronósticos. “Un insecto”, responde. Detrás de su sentencia ha florecido, creo, una verdad cautivante: la única diferencia fundamental entre los humanos y el resto de los animales es la metáfora.

Desde los años 60, Graciela ha formulado algunos cuestionamientos a ciertos cuerpos teóricos muy arraigados.  La Lingüística de Saussure, su Teoría del Signo como base de los estudios literarios, y con esto, la semiología, el estructuralismo, y “todo ese paquete de orientaciones que han hecho de la literatura una cosa a ser disecada”, sin posibilidad de retomar  su carácter propio de vida y expresión espiritual.  Así, recuerda a Leopoldo Marechal al decir que “cuando la letra se separa del espíritu, la letra se suicida rigurosamente”.

Estudiosa de la literatura hispanoamericana, juzga a América en un laberinto entre una democracia de verdad, y otra ilusoria. Y ve en la cultura de su pueblo, una insoslayable guía.

La veo en una foto con Marechal.  Luego, junto a su esposo Alfonso Sola González. Leo, en un apéndice de una obra suya, las profusas cartas que le escribía Julio Cortázar. Pasea de Lugones a Américo Calí, de las postrimerías de Sodoma, a la posmodernidad; me habla de Sartre y de Macedonio Fernández. Se le iluminan los ojos cuando nombra a Alejo Carpentier. Me dedica un libro de su autoría, miramos el reloj y nos marchamos. Iba por un ratito, pero me quedé dos días… dos tardes inolvidables.

Aproximación a Graciela Maturo

Nació en Santa Fé, pero parte de su vida transcurrió en Mendoza. Aquí se graduó en Letras en la Universidad Nacional de Cuyo, institución que recuerda con mucho cariño. Dice haber recibido de ella, tres cosas fundamentales: la formación clásica, el revisionismo histórico -en lo nacional- y el compromiso ético. Se doctoró en Letras, y enseñó en aulas universitarias en numerosas instituciones del país, ha sido Investigadora Principal del CONICET, directora de la Biblioteca de Maestros, fundadora de centros y grupos de investigación, asesora de editoriales, etc. Los primeros años de la década de los 60 la encontraron en Mendoza dirigiendo la revista de poesía Azor. También condujo la revista interdisciplinaria Megafón (1975-1989), órgano del Centro de Estudios Latinoamericanos que fundó en 1970. Integra el Centro de Estudios Filosóficos “Eugenio Pucciarelli” de la Academia Nacional de Ciencias y colabora en revistas especializadas de Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y otros países. Su más reciente emprendimiento es la fundación del Centro de Estudios Poéticos Alétheia, que dirige juntamente con Alejandro Drewes. Ha cultivado una línea de pensamiento humanista, renovada por la Fenomenología y la Hermenéutica moderna, y defiende la legitimidad de un pensamiento americano. Su obra publicada,  que se extiende a más de treinta libros, ha merecido varias distinciones. Abarca la poesía, el ensayo y la investigación literaria. Contrajo matrimonio con el poeta Alfonso Sola González con quien residió en Chacras de Coria, más precisamente en el Cerro San Luis, donde actualmente vive su hija Mercedes Sola – la “Pepa” para los vecinos y amigos- y su numerosa familia. Actualmente Graciela reside en Buenos Aires donde mantiene una agitada actividad académica.

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Fiesta de Vendimia en Chacras -->

Fiesta de Vendimia en Chacras

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El regreso de Colbo, la serie de vajilla cerámica diseñada por Colette Bocara -->

El regreso de Colbo, la serie de vajilla cerámica diseñada por Colette Bocara

Un clásico a la mesa

Surgidos del gres rojo de la cordillera mendocina los platos de Colbo tienen un lugar destacado en las vitrinas de Tiendamalba y ya empiezan a venderse por todo el país.  Las piezas que fueran pioneras del diseño moderno en los años 50 han sido mejoradas tecnológicamente en una plata piloto de San Rafael.

En el pasado las piezas de Colbo fueron un ícono y marcaron una tendencia; en el presente el contexto cultural y político del país, proclive a las innovaciones del diseño industrial, les asegura un eco con resonancias históricas. En sus tres variantes esmaltadas en turquesa, amarillo y verde los platos juegan a la espesura y a la geometría en múltiples usos, haciendo honor a una visión estratégica bellamente resuelta en una casa de la calle Clark según la cual el diseño hace a esas “cosas para la vida”, como definía Gerardo Clusellas -integrante de la Oganización Arquitectura Moderna -OAM-, en los años 50.

Su reedición es una de las buenas noticias de la actualidad ya que detrás de este clásico-moderno está la recuperación de una interesante experiencia productiva que había quedado trunca con la crisis económica de la década del 80. Así las cosas, la historia se vuelve retrospectiva a la vez que reactivadora de un espíritu de avanzada marcado a fuego por la personalidad de su creadora la arquitecta y ceramista Colette Boccara.

Una mujer a bordo de un jeep

Todo lo que hoy puede saberse sobre Colette Boccara y la historia de Colbo ha sido tenazmente trabajado por el investigador y diseñador mendocino Wustavo Quiroga junto con los hijos de la pareja Boccara-Jannello. No es una historia de una sola pieza, es más bien un legado que al narrarse resulta sorprendente por la riqueza de las osadías y las tenacidades de cada período del arte, la vida y también o sobre todo, la economía. .

Hacia 1948, los arquitectos Colette Boccara y César Jannello se trasladaron de Buenos Aires a la ciudad de Mendoza, donde Jannello había sido designado director de la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo. La Escuela tomó la característica de escuela-taller, un formato muy novedoso para la época, que permitía la aplicación inmediata de los conocimientos y resultados académicos. Colette comenzó a realizar sus primeras piezas de cerámica únicas, y en poco tiempo decidió sistematizar la producción. Con el material que había sobrado de la Feria de América- un evento continental celebrado en el Parque San Martín organizado por el gobierno de Juan Domingo Perón para promover los últimos logros en materia industrial- la pareja arma el taller en la calle Clark de la ciudad Mendoza. Allí es donde se consolida la marca “Colbo” que es la abreviación de Colette Boccara asociada a la producción de platos triangulares.

Hacia 1953 produjo las primeras piezas de vajilla en gres, material también conocido como “porcelana roja” por sus propiedades de resistencia y pureza, que ella misma extrajo de la cordillera mendocina. Esto le permitió tener control del producto a lo largo de toda la cadena de valor, desde la materia prima hasta la pieza final.

Entre 1960 y 1965, luego de separarse de Jannello, Colette Boccara invirtió todo su capital en la empresa. Con el aporte de socios, logró ampliar las instalaciones en Las Cañas y 25 de Mayo y adquirir maquinarias para establecerse como “Colbo Gres Cerámico SCA”. En 1967, su juego de vajilla, caracterizado por una fuerte y coherente línea formal, alcanzó el reconocimiento a su calidad con la Etiqueta Roja de Buen Diseño otorgada por el CIDI. Durante los ’70 Colbo logró el mejor desempeño de su historia. De la mano de su hijo Matías Jannello la fábrica mejoró notablemente su eficiencia y productividad, avanzó en el desarrollo de nuevas líneas y estableció una presencia a nivel nacional e internacional. Se incorporó la producción de vajillas decoradas con serigrafías vitrificables de artistas como Libero Badii o Bruno Jannello (también hijo de Colette), para darle valor agregado y personalidad.

A principios de los años 80, una trama de circunstancias asociadas a la realidad económico-política del país y a la realidad personal de Colette concluyeron con el

cierre de la fábrica. Se interrumpió así la historia de uno de los contados casos de

empresas dirigidas por el diseño en la Argentina nada menos que capitaneada por una mujer que usaba el pelo corto y andaba en jeep por los cañadones de Cacheuta, un lugar inhóspito pero sobre todo inaccesible al que ella sí llegaba para recolectar la materia prima de esas canteras en bolsitas. Para entonces, toda la popularidad que se había ganado en el ámbito de arquitectos, diseñadores y gente que estaba asesorada por ellos para armar sus casas y estilo de vida se licuaba hasta desaparecer de  la escena. Había sido importante, la introductora del concepto de diseño seriado, y sin embargo, pocos en Mendoza advirtieron su legado.

En versión gourmet

Con el proyecto de recuperación patrimonial realizado por Fundación del Interior en la conformación de Guón! -una colección de diseño mendocino- el equipo interdisciplinario de esta institución propuso recuperar la experiencia productiva de Colbo para dar continuidad a estas piezas de alto valor intrínseco. Desde 2007, Matías Jannello junto a los diseñadores industriales Martín Endrizzi y Macarena Ponce realizan en Colbo una apuesta por la innovación. Apoyados en nuevas tecnologías, lograron dar continuidad a la herencia moderna y dar respuesta a la demanda de vajilla gourmet planteada por el desarrollo gastronómico-turístico del país. Prueba de este compromiso es la obtención en agosto de 2011 del Sello de Buen Diseño, otorgado por la Subsecretaría de Industria de la Nación.

La nueva fábrica está ubicada en San Rafael, al sur de la provincia de Mendoza, hacia donde se transporta el gres rojo, que es extraído de la Precordillera. El material base es el mismo que el de las primeras facturas en los 50: en aquella época se combinaba el gres con esmalte blanco; en la actualidad, las terminaciones superficiales incluye variedad de colores en los esmaltes, como amarillo, verde y turquesa. La plata se ha enfocado en una primera etapa en el juego triangular sin embargo ensaya mediante pruebas pilotos la fabricación de otras piezas que irán incorporando más rediseño de formas geométricas.

En agosto del 2011 la Subsecretaría de Industria de la Nación le otorgó el Sello de Buen Diseño, un reconocimiento que viene de la mano de otros apoyos y subsidios en curso o en tramitación como es el caso del Fondo Tecnológico Argentino y el IDC –Instituto de Desarrollo Comercial-. Todos, adviértase, están en una misma línea estratégica, empujando un proceso con todos sus eslabones. Cuenta Martín Endrizzi que hoy por hoy en el país, la PYME Colbo es una de las pocas fábricas que trabajan con prensado, una tecnología mecánica semi-automatizada y que además desarrollan moldes, siempre a partir de un estudio previo que duró cuatro años sobre la céramica que es un material muy complejo que pasa por distintos estados. Sumado a esto hay que decir que en el rubro lo habitual no es la fabricación de piezas de diseño argentino, todo más bien pasa por lo que es estandarizado donde además sólo tres industrias nacionales cubren el 10% del mercado mientras el 90% restante es material de importación.

Una cualidad a resaltar es que como la experiencia de Colette, el producto de diseño nace desde la materia primera y recorre toda la cadena de valor. Su importancia ya es nacional y por qué no, también internacional, tal como ocurrió en el pasado, cuando la propia Colette vendía sus piezas a Sudáfrica o lugares muy alejados.

Con la reedición, el logo que era la marca personal de Colette ha sufrido un ajuste formal. Y toda una vuelta de tuerca con buenos resultados a la vista ha resultado del avance tecnológico ya que así se logró aumentar la pureza geométrica y realizar un juego de espesores que no habría sido posible en el pasado dadas las condiciones de fabricación.

Tal como ocurre con Jannello Editora, que comercializa en Tiendamalba la silla W creada por César Janello, Colbo trabaja en conjunto con la Fundación del Interior para la custodia de las piezas patrimoniales, y propone una actualización comercial que ayuda a generar puestos de trabajo, reactivar la herencia material y continuar con el proyecto de investigación y desarrollo en diseño. El archivo Boccara- Jannello pertenece hoy al MEC -Museo En Construcción- de esta Fundación, a cargo de una investigación que llevó a descubrir múltiples relaciones y a ampliar las búsquedas en otros caminos y autores.

Un material por explotar

Es insoslayable que la vajilla de gres o porcelana roja marcó tendencia a nivel nacional y dejó un rastro persistente en el imaginario de nuestra cultura material. Lo increíble es que aún ese material se mantiene ajeno a las oleadas del consumo interno del país. Para Wustavo Quiroga “recién ahora lo que se está haciendo a nivel general es poner en valor ese gres que es un material muy bueno, le dicen porcelana roja, y tiene un montón de propiedades, lo que pasa es que está desvalorizado al lado de la porcelana blanca por cuestiones de implantación sostenida en el tiempo”.

Según señala Martín Endrizzi “el gres tiene propiedades similares a la porcelana, mucha dureza, porosidad prácticamente cero, por lo que en realidad prácticamente no necesitaría ser esmaltado. Y sí es más que notable que no haya empresas que lo exploten siendo que la materia prima la provee nuestro propio medio ambiente natural. En general los fabricantes de vajilla compran la pasta o la barbotina ya preparada a un par de proveedores grandes en el país, es una pena ya que el gres tiene un valor identitario y es que depende mucho del lugar, entonces por ejemplo en la Patagonia lo que hay es gres gris con piedritas, mientras en otros lugares el gress es amarillo. El gress de Mendoza es rojo, ya sólo tenemos que ir a la montaña a buscarla y procesarla. La única razón que frena su aprovechamiento es técnica ya que es un material muy difícil de trabajar aunque con esta experiencia de incorporación de tecnología estamos demostrando que la dificultad se puede vencer y vale la pena”.

Para la fábrica de San Rafael Martín y Matías Janello usan una combinación propia de canteras de San Rafael y de Cacheuta. En estado crudo no son más que piedras de la montaña, pero gracias a tantísimos ensayos de prueba y error realizados por Colette Boccara y gracias también al conocimiento preservado por su hijo Matías, he allí una materia prima clave para la industria nacional con un horizonte de identidad que la historia del diseño argentino ha sabido poner en el lugar de lo clásico. Si han sido creados lejos en el tiempo y tienen tanta vigencia hoy será que la modernidad como tendencia no se licuó, más bien, salió de su letargo como tantas otras estructuras empresariales o plantas industriales que empezaron a reactivarse lentamente a partir del 2007. Al cabo de cuatro años, la experiencia arroja buenos pronósticos: por ahora se fabrican cerca de 3.000 piezas por mes, pero la idea es llegar a producir entre 25.000 y 30.000 piezas por mes, es decir, diez veces más.

A esta optimización industrial se suman planes de invitar a diseñadores, sacar líneas reducidas, trabajar con aplicaciones de artistas invitados para los artículos, y desplegar varias estrategias que tienen que ver con el diseño. En otras palabras, rendir honor a la historia del devenir del diseño argentino que bien podría escribirse como una novela donde los personajes, las disciplinas, los materiales y los escenarios regionales se cruzaran con los de América del Norte y el viejo continente en un curioso zigzag si es que nos detenemos en el amplio abanico de cultura material que se produjo en el pasado en todas las escalas, desde viviendas y vajillas, hasta muebles, transporte y gráfica.

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