La arquitectura como escultura habitable

Cristóbal Farmache Delhez, un joven arquitecto y grabador nacido y criado en nuestro pueblo, presentó en su tesis de grado la creación de un museo en el pedemonte doble función: albergar la obra de su abuelo, uno de los más grandes xilógrafos del país, y ser la sede del Museo Nacional del Grabado, institución que carece de edificio propio y funciona de prestado en otros espacios. Una obra para atraer la atención internacional a la provincia.

“Un museo, espacio cultural o cualquier cosa que tenga que ver con el desarrollo intelectual y cultural del hombre creo que se justifica a sí mismo. El espacio de exposición permanente de la obra de Delhez, hace que ésta deje de pertenecer a un espacio cerrado, para ser mostrado y se transforme en el arte de un edifico, de un lugar, una provincia, etc., y de esa manera seguir su natural trascendencia” asegura el joven arquitecto en la fundamentación de su trabajo.

Pero también su proyecto da cabida a la obra de otros artistas que desarrollen las mismas técnicas, no se circunscribe sólo a la obra de Delhez, ya que lo propone, además, como la sede del Museo Nacional del Grabado. “Esto es una necesidad urgente debido a que esta institución carece de edificio propio. Actualmente está funcionando en la Biblioteca Nacional, en Buenos Aires. Por este motivo estuvo un tiempo largo fuera de funcionamiento y con la imposibilidad de mostrar el gran patrimonio de obras de los más importantes grabadores de la Argentina” detalla Cristóbal, quien a continuación explica los pormenores de su creación.

“El Museo Nacional del Grabado nació en el año 1960 por iniciativa privada del profesor Oscar Carlos Pécora, con la intención de crear el primer museo dedicado en exclusividad a esta temática. La idea de que este edificio esté acá, en Mendoza, y no en Buenos Aires, desmonopoliza y vuelve más federal el espacio del arte en la Argentina”.

Las virtudes del Pedemonte

“El terreno elegido se ubica al oeste de Chacras de Coria, el pueblo donde Delhez decidió echar sus raíces después de conocer tantos lugares que no terminaron de satisfacerlo. El edificio se ubica sobre la ladera de un cerro donde todo, por la perspectiva, se vuelve gigante y a la vez pequeño. La elección del sitio busca una empatía con el concepto de algunas de las obras de Víctor Delhez: mirar desde lo alto, mirar desde arriba al mundo, subir la línea de horizonte; con la visión del que analiza y piensa sobre la tierra, el hombre y su comportamiento. Alejarse del objeto para verlo en su totalidad. Si uno mira la ciudad desde lo alto puede sentirse como un gigante con la ciudad a sus pies, o bien, sentirse una miniatura en la inmensidad; acercarse a la realidad para entender un  poco las dimensiones de donde estamos sumergidos en la vida cotidiana”.

Inspirado en el Guggenheim

Otro de los aspectos importantes a destacar, que fue siempre una premisa en el diseño, es poder recorrer el edificio entero con un solo circuito  que permite ver todas las obras expuestas sin la necesidad de retroceder o pasar dos veces por el mismo lugar.

Desde el punto de vista funcional, se ha tomado como ejemplo esta característica del  Museo Guggenheim de Nueva York, del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.

El sentido de circulación hace que haya que subir sólo un nivel en ascensor al empezar el recorrido, y luego bajar hasta la última sala a través de las rampas, para volver al punto de partida,  por ascensor o las escaleras.

El contexto

Al considerar el espacio exterior del proyecto y su relación con el contexto, Farmache busca “mantener un contraste entre la arquitectura y el paisaje natural, conservando la flora autóctona existente, para darle más pertenencia del  lugar al museo, enfatizar dicho contraste entre colores y texturas, y acercarlos, de alguna manera, al del contraste máximo entre el blanco y el negro presente en los grabados de Delhez”.

El acceso vehicular hacia el edificio es mediante un transporte colectivo  desde una playa de estacionamiento ubicada al costado de la Ruta Panamericana. “El motivo de esto es disminuir la circulación de autos en este trayecto, así dañar lo menos posible al lugar y conservar los aspectos naturales del sitio. Además, al tener que dejar el vehículo particular a cierta distancia, obliga a que uno haga una primera llegada, y empiece a observar el museo desde lejos. De esta manera, se genera un recorrido desde donde  se puede observar el edificio en diferentes distancias y perspectivas, haciendo que el paseo por el museo comience mucho antes de cruzar la puerta de entrada, volviendo así al concepto de totalidad y de escultura habitable”.

Video realizado por Liciano Prata http://www.lucianoprata.com.ar/

Cristóbal y sus grabados

Este arquitecto, con dotes de artista ha sido varias veces premiado y distinguido como tal en concursos nacionales y provinciales. Sus grabados han participado en numerosas muestras en el país.

EPIGRAFE GRABADO

“En vías de desarrollo”, de Cristóbal Farmache, obtuvo el segundo premio en la categoría Dibujo del Salón Regional de Artes Visuales Vendimia 2011, 60º Aniversario del Museo Provincial de Bellas Artes “Emiliano Guiñazú” – Casa de Fader.

Grabado en cuatro dimensiones

“La composición del edificio busca una analogía con el grabado. Las formas generadas por líneas que se cruzan y son texturas. La línea es la proyección de un punto, el plano la proyección de una línea, el volumen la proyección de un figura trazada con  líneas sobre un plano. Así, este edificio es, o intenta ser, la proyección de un grabado en las cuatro dimensiones”.

Contacto

CRISTÓBAL FARMACHE

Teléfono: 54(0261) 4960316; 153538814 Nextel 696*591

E-mail: cristobalote@hotmail.com

Sitio Web: www.cristobalfarmache.blogspot.com