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La Tasca propone en Semana Santa…

 

Edu Aveni en La Tasca

La alusión al sitio del Malísimo es por lo picante que, por otra parte, es la sensación ideal para ir preparándonos el organismo para los fríos por venir.

La Semana Santa -este año del 1 al 4 de abril- significa también, además de lo religioso, el párentesis que nos permite saborear por adelantado las vivencias del incipiente invierno: de momentos más serenos transcurridos en el interior de la casa, entre familia y afectos y –mal que les pese a algunos que preferirían más espacio para la reflexión- donde la mesa es siempre la protagonista, típica característica de la cultura de los argentinos.

Según nos explica Eduardo Aveni, dueño y señor de La Tasca, el cálido restaurant de calle Mitre, este plato con caracoles es muy fácil de preparar, diferente a lo normalmente ofertado para las reuniones de la Semana Santa.

Sólo hace falta que se haga de los bichitos -  -, los purgue desde una semana antes del gran día y, una vez llegado el momento de servirlos, se prepare una buena salsa portuguesa, el verdadero quid de la receta. El Infierno viene en la lengua y la garganta con el grado de picor que le quiera dar. Esto puede ser muy fácil con salsa de tabasco o más autóctono y sabroso con los frescos y potentes ajíes en la gran variedad que existe. Usted elige.

1º paso. La purga

El objetivo de la purga es que los caracoles limpien sus intestinos de hierbas malsanas y se engorden un poquito. Para eso, según nos cuenta Chachi Armani, una experta en el tema, hay que envolverlos con una red para que no se escapen y ponerlos dentro d eun recipiente grande con polenta y hojas de laurel y tomillo. Durante tres días seguidos, una vez por día, hay que sacarlos con la red y lavarlos muy bien con agua fría. Al tercer día se le agrega bastante queso roquefort a la polenta para saborizarlos aún más.

Finalmente, se los pone en la olla con bastante agua fría –para que saquen la cabeza- y lentamente se va subiendo la temperatura de la hornalla hasta que hiervan –ojo con la culpa-. Con un hervor basta… y ya están listos para la salsa.

La alternativa más fácil es que los compre congelados.

Ingredientes

Tomates –especiales en esta época, sobre todo los del Moncho Elías en calle Mitre-. Pimientos de varios colores, ajo y cebolla.

Sal, pimienta y ají molido –ojalá fresco-.

Opcional: salsa de tabasco, salvia, tomillo y romero.

Preparación

En una buena olla de barro o hierro, sancochar primero la cebolla y el ajo, agregar luego el tomate fresco procesado y añadir el toque de vino blanco –puede ir probando para humedecer la garganta- y las hierbas. Sazonar a piacere, darle unos momentos y agregar los caracoles.

Dejar cocinar unos minutillos para que se integren todos los sabores y… listo!!!.

Servir preferentemente en la mesa, a la vista de todos los ansiosos –anque asustados-comensales.

Otras sugerencias del cocinero

Si lo que usted realmente anda buscando es sorprender a sus invitados con una picada –o entrada- diferente he aquí una que los va a dejar con la boca abierta: Albondiguitas de caracoles.

Se rebozan los caracoles en harina y se moldean formando bolitas. Se agrega una salsa liviana de tomates, albahaca, una hoja de laurel y vino blanco. Se deja cocinar a fuego suave y se sirve caliente en pequeñas cazuelitas de barro, acompañadas de pan casero tostado. Ideal con champagne o un blanco seco y no frutado. Después nos cuenta.

 

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